miércoles, 11 de marzo de 2015

Capítulo: 9º : Sábanas

17:15
Llevo media hora buscando a Judith. No aparece por ningún lado. He recorrido ya esta playa cinco veces. Gabriel y el resto están trasladando el cadáver de desconocidos al paseo marítimo para poder identificar a todos y cada uno de los muertos. Gabriel salta des de del muro que separa la ciudad de la playa. Aterriza a escasos metros de mí.
-No la busques más- dice pausadamente. –El combate es traicionero, y a veces los cuerpos desaparecen sin dejar rastro.-
Mis piernas dejan de funcionar, caigo de rodillas sobre la arena seca. Mis ojos ya o pueden parar de llorar. La vista se me nubla, me estiro en la arena, y descanso. Gabriel se pone a mi lado también tumbado. Se me cierran los ojos y descanso.

18:30
Gabriel me despierta. El horizonte esta calmado, esta vez no hay sobresaltos. Me levanto y sigo a Gabriel. El todoterreno está ya en marcha. Joan está al volante, junto a Anna. Marta acaricia el pelo de Martin. Creo que no lo ha superado todavía. Me acerco a ella y subo al coche. Me siento junto a ella y la abrazo. Sus ojos siguen llorando. Martin sigue caliente. ¡Su corazón late! Marta se apoya en el respaldo del sillín.
-¿Sobrevivirá?-le pregunto con una voz casi susurrando.
-no lo creo, pero él es fuerte. Lo conseguirá.-
Martin había sufrido una explosión a medio metro de distancia. No había sufrido heridas de metralla, pero estaba en un estado parecido al coma.

19:00
La casa está en silencio. En la pared de entrada hay un cartel, este, anuncia una fiesta a la victoria. No creo que sea lo más sensato, pero creo que lo único que necesitamos ahora es una fiesta. O eso creo yo. Marta y yo hemos perdido a un ser muy querido cada uno.  Gabriel estaba cansado de combatir, Joan nunca rechazaba una fiesta gratis, Anna nunca se había emborrachado, y yo necesitaba una pausa entre tanto dolor.

19:45
El agua reseguía mi cuerpo, el fluido me limpiaba y a la vez me sacaba las lágrimas de los ojos. Paré el paso del agua y salí. Me sequé y me vestí con ropa limpia. No creo que para salir de fiesta lo más adecuado sean unas botas militares, pero era lo único que no había sido volado por una granada de mano en la playa. El resto me esperaba en el salón. Gabriel decidió quedarse en casa. Era el que menos había sufrido los efectos de la tormenta de fuego en la playa. Así que se quedó a cuidar el cuerpo de Martín. La calle estaba bastante vacía. En el arcén había algún que otro viandante, pero los coches no circulaban por ella. La fiesta estaba a dos manzanas de aquí, así que fuimos a pie.

24:00
La fiesta no estaba mal. No sabía que era una fiesta donde el 90% de la música era ska. Así que no solo me gustó el hecho de que hubiese alcohol, sino también  la música que lo acompañaba. Yo sostenía un vaso con ron. El líquido relucía con las luces del concierto. Había perdido de vista a todos mis compañeros. Marta se había ido a casa, no soportaba el ska. Joan se había ido con una chica que ya conocía. Supongo que no solo a hablar. Así que me acabé el contenido del vaso y fui a bailar. Los pisotones eran abundantes, así que mis botas fueron útiles.

00:45
Siento que una mano tira de mí. La oscuridad me engulle. El concierto suena muy lejos.

01:00
No consigo ver el rostro completo con el cual me beso, pero sus facciones me son conocidas.

09:15

Mi cuerpo está desnudo entre unas sábanas limpias. Encuentro mis calzoncillos sobre una silla. Me levanto de la cama y la cabeza empieza a darme vueltas. Ayer me pasé con el ron. Me pongo los pantalones y me abrocho el cinturón. Recorro un pasillo que huele a huevos y café. En el suelo hay un rastro de sangre seca, recuerdo este lugar. Había venido aquí. La puerta del pasillo está en el suelo. En la cocina hay una chica de espaldas. La  chica percibe mi presencia; se gira. Su pelo corto flota en el aire. Judith sonríe.



¿Que os parece? Comentad pls.

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