miércoles, 29 de abril de 2015

Capítulo : 14º : Hoy no

1:00 am
El oficial de la pistola me apunta con el arma. Me caen pequeñas gotas de sudor frio por la frente.
El chico baja el arma y salta del montículo para bajar hasta la carretera.
-Identificaros- grita el hombre.
-Somos paracaidistas de las milicias.- estas palabras iban acompañadas de un temblor en la mano. Lo reprimo agarrando fuerte el fusil. De detrás del montículo salen unos diez chicos de su misma edad más o menos, el más joven aparenta unos 16. Todos ellos llevan fusiles automáticos. Nos vuelven a apuntar.
-pues entonces deponed las armas. Lentamente dejo el fusil en el suelo, y levanto las manos. Se acerca el chico más joven y me ata las manos con una brida. Su uniforme es igual que el mío excepto en que tiene algún que otro agujero. Oh dios mío. Usan los uniformes de milicianos muertos como cebo para que nos confiemos y luego nos arrestan. Me giro hacia el chico de la pistola y este de un puñetazo deja inconsciente a Gabriel. Noto como se me clava una aguja en el cuello y se me nubla la vista.

7:30
Mi reloj marca las siete y media de la mañana me duele el cuello. Me encuentro en una sala con el suelo lleno de paja. Parece un antiguo establo. Marta y Martin están tumbados en la paja. Gabriel mira por la ventana de barrotes que hay en una de las paredes. Me levanto como puedo y me acerco a él. Delante nuestro hay una especie de plaza con unas columnas en el centro. En ellas hay unos chicos atados, en escasos metros hay un pelotón de fusilamiento. Un oficial da la orden de disparar y los chicos se desploman. Los cinco habían saltado con nosotros el día anterior. Y a saber cuántos más habrán matado ya. Marta y Martín también están en pie. Entra un soldado en la mazmorra provisional y nos apunta con su pistola. Junto a él vienen cuatro más. Nos agarran de la chaqueta y nos atan a los pilares.

7:45
El pelotón está cargando sus armas.
-¡Apunten!- El oficial mira a sus soldados. Todo pasa muy rápido, de detrás de una caseta sale Joan. Saca unos palos de la mochila y los sacude. De repente se oye un clac y los palos se tensan y hacen visible un arco de caza negro. Joan coge una flecha y dispara a discreción. Los soldados van cayendo bajo los flechazos. El pelotón ha sido borrado del mapa. Joan corre hacia mí y me desata con su navaja. Corta las cuerdas de marta y por último las de Gabriel y Martin. De repente se oye un disparo y un grito. Joan esta tumbado en el suelo retorciéndose de dolor. Me acerco al pelotón y le robo el fusil a un cadáver. Tiro de otro y hago una pequeña barricada de muertos. Miro detrás de la mazmorra y veo a un soldado. Disparo dos balas, y las dos impactan en su hombro. Marta está atendiendo a Joan, le acaba de dosificar morfina y le venda la herida. Gabriel ha ido a recoger las armas y viene con su metralleta. Corre hacia la mazmorra y la rodea. Al girar la esquina dispara una ráfaga de disparos y corre por las calles del pequeño pueblo.
-Martin y Marta, quedaros aquí con él.- Señalo a Joan. Y sigo a Gabriel. Aun llevar una metralleta pesada Gabriel corre rápido.

7:50
Las calles están en silencio. Llegamos al ayuntamiento. Hay unas mesas y una gran tienda en el medio. La plaza, a diferencia se el resto del pueblo, está llena de soldados. Gabriel empieza a disparar balas a rodo lo que ve. Yo también disparo. Los cuerpos van cayendo como pesos muertos.

8:00
No queda nadie vivo en la plaza. No se oye ni una mosca. Entro en la tienda. Hay diversos mapas y una radio. Lo guardo todo en mochilas y salgo de la tienda.
-Venga Gabriel, que todavía nos quedan unas horas de andar.- bajamos otra vez hasta la plaza del pelotón. Joan está sentado junto a una pared con la pierna herida extendida.
Martin Marta y Gabriel, se reparten las cosas a transportar. Martin ha cambiado su fusil por el trípode de Joan. Me dirijo hacia Joan y lo tumbo. Lo agarro del arnés y le miro a los ojos.
-¿Que se le dice a la muerte?-
-Hoy no.- Me contesta Joan.
Lo subo a mis espaldas como un saco de patatas y me pongo a andar.

Oigo unos gritos dentro de unos establos. Gabriel entra y los examina. Hay diez saltadores más en él. Cogen sus armas y su ligero equipaje y se ponen a andar junto a nosotros por la carretera.



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miércoles, 15 de abril de 2015

Capítulo : 13º : Carreteras

Ocho días más tarde.


0:30
La luz del avión se pone en rojo. Ahora mismo soy el encargado de que todo el mundo salte. En el avión somos 20 contándome a mí. Doy la orden de enganchar el mosquetón. Mientras espero miro por la puerta abierta. 
-¡Revisad material!- sigo mirando por la puerta. Se ven aviones amigos. De repente veo unos destellos en la lejanía. Vamos saltar sobre unos campos cerca de Lérida. La cual está ocupada por militares del ejército de la OTAN. 
-¡Enumeraros!- veo como todos gritan el número y tocan el hombro del compañero que está delante de ellos.
La luz se pone verde. Voy dando la orden de saltar a cada uno de los soldados. Le toca saltar a Joan.
-No hagas tonterías. ¿Vale?- 
Joan asiente y salta cuando se lo digo. Martin salta tras él. Después Marta y por ultimo Gabriel. El avión se queda vacío y salto. Mientras desciendo visualizo los últimos días. Des del primer salto hemos saltado todos los días. Dos veces por día. Lo de las tonterías no se lo he dicho por que sí. Des de hace ya unos días Joan estuvo pasando las horas libres manipulando su arco, le estaba poniendo unas bisagras bastante raras y lo iba cortando en pequeños trozos con un serrucho, no sé qué intentaba, pero siempre lo intentaba hacer a escondidas.
Faltan un par de metros para llegar a bajo. Me desabrocho y salto. Tan rápido como puedo busco una cobertura. Busco en mis bolsillos de la chaqueta una linterna. La saco por encima del hoyo en el cual estoy escondido y hago unas señas hacia arriba. Al cabo de unos segundos oigo un silbido de pájaro hecho con las manos. Me acerco al sonido y verifico que Martin, Marta y Gabriel están en un pequeño agujero.
-¿Y Joan?-
Todos se encojen de hombros.
-Debemos seguir sin él. Ya nos encontrara en el punto de encuentro.-
Abro mi brújula y camino hacia el norte hasta encontrar una carretera de grava. Me siguen.

0:45
Voy por la cuneta de la carretera. Oigo unos pasos acompasados a pocos metros de mí. Me escondo en la cuneta y observo un pelotón a veinte metros de mí. Vuelvo hasta mis compañeros y los informo de la situación. 
-Gabriel, te pondrás en medio de la carretera y a la que los veas cerca disparas. Marta y Martin flanqueareis al pelotón y disparareis des de detrás. Yo me pondré con Gabriel. De repente Gabriel dispara por error. Lo miro con una mirada asesina y miro hacia el frente. Se oyen gritos y órdenes. Por el flanco veo avanzar a Marta, que por decisión propia ha avanzado y dispara al pelotón. Se queda sin balas en el fusil y retrocede. Martin sigue su ejemplo y dispara. Gabriel con un trapo coge el cañón de la metralleta y dispara una larga ráfaga. Yo avanzo y disparo con mi pistola sin casi apuntar. Los cuerpos van cayendo hasta que no queda ni uno de pie. Me acerco al grupo de cadáveres. Ninguno respira. Seguimos andando no sin antes apartar los muertos del camino.

1:00
Estoy cansado de andar, el pueblo donde nos debemos reunir se encuentra a unos dos quilómetros. Lérida deberá esperar unos días. Ahora pasamos por una carretera excavada entre una pequeña colina. Y quedan dos grandes montículos. De la punta de un montículo sale un chico de unos 20 años apuntándonos con su pistola.
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