7:30
Hemos dormido tranquilamente en el campamento. Cama buena, calefactor en el
barracón... Como si todavía estuviéramos en la instrucción. Estamos todas las
unidades alrededor de una especie de escenario. En él se sube un oficial de
alto rango. No distingo su insignia, pero es de los que mandan lo suyo… Inspira
fuertemente y empieza su discurso.
-Soldados; nos encontramos ya en un punto de no retorno. La guerra ha
llegado ya a un punto donde todos los pequeños movimientos sin importancia
pueden destruirnos. Así que hoy. Queridos camaradas, marchamos sobre Lérida. La
ciudad se encuentra deshabitada i vagamente ocupada por pocos resistentes. El objetivo
es entrar en la ciudad y destruir estos pequeños contingentes. Preparad el
material de combate. Solo armas y munición. Dirigiros a sus sub oficiales para más
información. Esta noche cenamos en Lérida.
8:55
Estamos todos agrupados delante de las puertas. Mi pelotón será uno de los
primeros en entrar en la ciudad, según me han comentado mis superiores, hemos
demostrado suficiente valor coraje y ganas, así que: podemos ganar fama y
orgullo, o esta noche puede que nos hundamos en un sueño profundo y sin escape
posible.
9:15
La ciudad parece tranquila. Estamos a unos 500 metros de las primeras
ruinas. A nuestra derecha se encuentra otro pelotón avanzamos al trote por los
laterales de la autopista. A la lejanía distingo algunos coches quemados en
forma de barricada. Empezamos a correr más rápido. Llegamos a los coches. Nos dividimos
en dos grupos. Mis chicos, montan la metralleta pesada sobre uno de los coches,
mientras las chicas se apuestan al lado de ellos con los rifles apuntando hacia
delante. El segundo grupo avanza hacia la inmensa selva de cemento y ladrillo. Nos
hacen una señal y salimos de nuestra cobertura.
10:00
A la lejanía se oyen unos gritos. Carreras y sonidos metálicos. Nos apartamos
hacia los lados para estar menos expuestos a un posible fuego enemigo. Gabriel y Martin suben a un piso y se apuestan en una
ventana para tener un ángulo fácil. El resto avanzamos. Gabriel grita -¡Fuego!-
Y abre fuego contra unos soldados que salían de la esquina más cercana. Disparan
pocos antes de caer todos, desplomándose inertes.
-¿Alguien herido?- pregunto yo. Nadie responde, y en el silencio de la
muerte nos adentramos en la ciudad.
11:00
Vemos al girar una esquina una posición de soldados. Todos apuntando hacia
nosotros. Me quedo quieto. La sangre se me hiela. Disparan una descarga. A mi
alrededor la gente ha caído. Se oyen gritos.
-¡Médico!, ¡Medico joder! Reculo hasta la esquina. Allí por suerte me
encuentro a Joan, Judith, Marta, i todos mis amigos. Susurro las ordenes y
todos asienten. Giramos la esquina y disparamos. Todos. Los atrincherados
responden. Avanzo. No paro. Mi celebro no racionaliza. Dispara, carga dispara
carga. Sacar cargador vacío, mano a la cintura sacar pistola disparar hasta
vaciar el cargador. Cargar armas. Disparar avanzar. Llego hasta la barricada. Agarro
mi fusil y reparto culatazos. Giro el fusil y disparo a quemarropa, me giro y
vuelvo a disparar. El cargador vuelve a estar vacío. Pero ya no hay nadie. Me giro
hacia mis compañeros. Les hago señales para que avancen. Pero algo no cuadra. En
la calle no hay nadie de pie. Solo queda Judith. Se tambalea y cae al suelo. Corro
hacia ella. Y le agarro la cabeza. Tiene un balazo en el pecho izquierdo. Le intento
parar la hemorragia. No da resultado. Es una herida mortal. Le beso en la boca
antes de su último suspiro. Sonríe antes de susurrar con su último aliento un mortal:
-Te quiero-
La suelto y le cierro las pestañas. Me
siento al lado de su cadáver mientras las lágrimas me resbalan por las
mejillas. Oigo un disparo y siento una sensación extraña en el pecho me llevo
la mano hacia el punto donde se haya tal sensación. Está manchada de sangre. Me
miro el pecho, un balazo limpio. Miro delante y hay un voluntario enemigo. Esta
temblando, miro a Judith y le cojo la mano y susurro: -Yo también.- me
derrumbo, y todo es oscuridad...
¿Que os parece? Comentad pls.