19:20
Joan agarra con fuerza la
granada. Espera a que se acerquen lo suficiente. Los segundos parecen durar más
de lo habitual. El aire se densifica y parece que cueste respirar más de lo
normal. Los paracaidistas están ya a unos treinta metros de nosotros. Joan tira
con fuerza de la anilla.
-para poder hacerte mil maravillas
con esto necesitaría mil más. –
Tiro con fuerza de mi anilla y
arrojo la granada tan fuerte como puedo. Gabriel aprieta el gatillo de la
ametralladora, y el arma empieza a escupir ráfagas de balas. Los soldados
enemigos caían sin compasión. Joan arrojó más granadas. Yo cargué mi pistola. Apuntaba
a poder ser al pecho de los soldados. Había un montículo de cuerpos jadeantes a
escasos metros de nosotros.
19:30
El reducto de soldados que habían
caído del cielo en la segunda oleada quedaron como presos para ser
interrogados.
22:00
Mis amigos y yo comíamos la cena.
Hoy tocaba caldo y salchichas. Al acabar salí a fumar un rato. Me apoyé en la
pared, y al acabar crucé la pista por donde nos habíamos parapetado. Nadie había
recogido la ametralladora. Habían pasado ya dos horas, y estaba a una temperatura
anormal para aquel entonces. La desmonté y la guardé en el barracón. Me di
cuenta de que me estaba empezando a crecer un bigote adolescente. Agarré una
cuchilla de afeitar del baño y me afeité. Me produje un par de cortes, los
sequé con la camiseta del pijama que llevaba puesto. Al quedar toda la manga
con pequeños puntos rojos me saqué la camiseta y se me quedó el torso al
descubierto. Me di cuenta de cómo echaba de menos mi antigua vida. Yo era
jugador de rugby. La última vez que me miré en un espejo sin la camiseta me
sobraban algunos quilos. Recuerdo que tenía la espalda llena de pequeños cortes
producidos por pisotones de tacos, y un ojo morado. Ahora, en vez de cortes en
el pecho, unos poco distinguidos abdominales, i en vez de sangre tenía hollín
de pólvora. Dios mío. En menos de unos meses me había convertido en alguien
completamente diferente.
22:05
Me acosté pensando en Judith. Como
estaría.
8:30
El sol se cuela por la ventana
cubierta de rejilla de camuflaje. Salí de la cama. Tengo clase las 9 así que me
ducho y dejo abierto el flujo de agua hasta que me canso de que el líquido
recorra mi cuerpo.
8:45
Marta se está dedicando a
despertar a Martin con un vaso de agua. La fría agua moja las sabanas de Martin
y toda su cara. Se levanta rápidamente hacia adelante y de golpea la cabeza con
la litera de arriba.
8:55
Salgo del barracón dirigiéndome hacia
el aula. Hay movimiento en la pista. En un lateral hay un grupo de soldados con
los paracaídas en la mochila. Están sentados en filas. Delante de ellos hay un avión
con el motor encendido. Hay algunos aviones que están despegando.
10:30
La clase transcurre con fluidez,
el “profesor” nos explica el funcionamiento del paracaídas y su correcto
mantenimiento. Nos pide que esta tarde prestemos atención a las instrucciones que
nos darán. Hoy saltaremos por primera vez. Y como ayer demostramos agallas saltaremos
primeros. Y como no; el sub oficial siempre va primero.
15:00
Estamos todos con el paracaídas
atado. Según el oficial al mando del avión, todo es muy intuitivo.
15:30
Estamos sobrevolando unos campos
verdes. De vez en cuando hay uno sin plantar. El oficial nos reparte un mapa a
todos, una brújula y una cantimplora.-antes de las cinco les quiero en la
carretera marcada en el mapa. Deben unirse a sus unidades. No quiero ningún error.
Debéis de uniros por unidades en los puntos marcados en cada mapa. Cada unidad
tiene un punto de encuentro diferente, por lo tanto no podéis ir con nadie que
no sean vuestros compañeros.
15:50
La luz del pequeño semáforo situado
al lado de la puerta de enciende con la luz roja.
El oficial se pone de pie y
empieza a gritar.
-¡De pie!-
Todos nos levantamos.
-¡Aten el mosquetón!- Acompaña
esta orden poniendo los dedos en forma de gancho por encima de la cabeza y
agarrando la cuerda de hierro que hay encima de nuestras cabezas.
-¡Revisión de material y enumérense!-
se golpea el arnés. Des del fondo oigo: -¡20 listo!- -¡19 listo!- -¡18 listo!- -¡17
listo!- -¡16 listo!- -¡15 listo!- -¡14 listo!- -¡13 listo!- -¡12 listo!- -¡11 listo!-
-¡10 listo!- -¡9 listo!- -¡8 listo!- -¡7 listo!- -¡6 listo!- -¡5 listo!- -¡4 listo!-
-¡3 listo!- -¡2 listo!-
Yo grito -¡1 listo!-
16:00
La luz se pone verde y el oficial
grita:
-¡Salto!
Sin pensar en las consecuencias
salto del avión. Mi cuerpo cae durante medio segundo. De repente mi cuerpo se
sacude y el arnés se me ciña el cuerpo, miro hacia arriba y veo el paracaídas abierto.
Todavía faltan unos metros hasta
llegar al suelo. Me preparo para abrir el arnés y saltar. Salto. Mi cuerpo da
un par de volteretas por el suelo, y de repente paro. Me pongo de pie y abro mi
mapa. Veo un bosque delante de mí y lo identifico con el que hay en el mapa. En
el medio de la pradera hay unos silos. Allí está mi punto de encuentro. Me dirijo
hacia allí. Los paracaídas siguen cayendo. Veo a Martin a unos veinte metros de
mí. Todavía no ha llegado al suelo. Corro hacia él. Llego justo a tiempo, su
cuerpo caía demasiado recto. Si no lo hubiera desequilibrado antes de que
tocara el suelo se habría roto las piernas. Le indico hasta donde debemos
llegar. El lugar está abandonado. Veo a Gabriel acercarse, y a Marta con él. Salimos
a su encuentro. Extiendo el mapa y les señalo el tramo de carretera que debemos
encontrar. Andamos…
16:45
La carretera está ocupada por un camión-autobús
subimos en ella. Dentro se encuentra el oficial del avión. Apunta en una hoja
de papel con una lista nuestro nombre y el tiempo que hemos tardado.
17:00
Todavía falta un grupo. El camión
avanza sin esperarlos. Llegamos al aeródromo.
17:30
Toca clase de disparo. El entrenador
oficial o como quiera que se le llame sostiene un fusil. Nos cuenta como
apuntar con mayor precisión, y como calibrar una arma. Nos muestra cómo hacerlo
con todas y cada una de las armas que hay en el almacén de armamento.